martes, 19 de enero de 2010

"CaMiNo aL MaChU PiCChU"










Tras nuestra llegada a Cuzco, nuestro principal objetivo era ver una forma económica e interesante de llegar a las ruinas de Machu Picchu. Decimos esto porque Machu Picchu es purito negocio, hay muchos tours y agencias de viaje que te dan precios desorbitados, además esa forma de hacer las cosas no forma parte de nuestra filosofía viajera.
No tardamos mucho en conocer a gente que nos facilitó otros itinerarios y formas de hacerlo.
Al final nuestra aventura comenzó un sábado tomando un bus desde Cuzco hasta una pequeña población llamada Santa María, desde allí tomamos una combi colectiva hasta Santa Teresa (muchas santas por la zona, ¿eh?). Esta jornada se desarrolló atravesando, en primer lugar, el Valle Sagrado y, posteriormente, subiendo hasta un puerto llamado Abra Málaga. Fue aquí dónde nos empezamos a dar cuenta del enclave tan privilegiado de la zona, sencillamente espectacular. Las carreteras serpentean por las montañas que da gusto, teniendo siempre a nuestros pies ríos muy caudalosos; no olvidéis que estamos en época de lluvias aquí también.

En Santa Teresa teníamos decidido hacer noche, por lo que a la llegada nos relajamos tomando un cálido baño en las aguas termales del pueblo, bien lindas por cierto, rodeadas de grandes montañas, y así descansar del viaje, pues como suele ocurrir por aquí siempre te dicen que el viaje dura tanto y luego dura tanto y más.
Algo no tan lindo son los dichosos diminutos mosquitos del lugar, que en menos de 5 minutos, el tiempo de descalzarme para sumergirme en esas ricas aguas, me picotearon el pie, haciéndome una reacción alérgica, al día siguiente, que me dejó bien jodida, ya que me rozaba la hinchazón con la bota molestándome todo el tiempo al caminar. Al Ruli igual le picaron pero lo suyo fue más leve.

Nuestra segunda jornada comenzó bien temprano pues teníamos que aproximarnos a una central hidroeléctrica para desde allí comenzar la caminata siguiendo la vía del tren hasta Aguas Calientes, la verdadera puerta al Machu Picchu.
La caminata se desarrolló entre montañas y siempre acompañados por el rugido del río Urubamba. Al comienzo incluso pudimos vislumbrar, desde abajo, parte de las ruinas e incluso el imponente Huayna Picchu, uno de los picos que protegen la ciudad Inca y el más típicamente fotografiado.

La rutilla fue agradable, a pesar de la molestia, sin prisa pero sin pausa, disfrutando de un paseo selvático en un clima subtropical. Pudimos saborear los intensos colores, sonidos y olores que nos iba proporcionando un contexto así.
De vez en cuando nos cruzábamos con otras personas que hacían su trayecto de vuelta y también con el tren que hacía sonar fuerte su bocina para avisar de su aproximación y así despejar la vía de los transehúntes que por allí andábamos.

Después de unas 3 horitas llegamos a Aguas Calientes, también conocido como Machu Picchu Pueblo, donde íbamos a pasar las pocas horas de sueño que teníamos por delante pues de madrugada emprenderíamos nuestra subida a Machu Picchu.

Esta localidad está cercada por altas montañas y bosque nuboso. En 2007 se produjo un deslizamiento de tierra provocado por las lluvias y el desbordamiento del río que desencadenó la muerte de decenas de personas.

...ya tan sólo nos quedaban unas horas para embelesarnos con esa gran ciudad inca, la ciudad perdida...


No hay comentarios:

Publicar un comentario