Estamos en Perú después de recorrer parte de la geografia ecuatoriana. El viaje desde Ecuador ha sido largo pero ha merecido la pena, ya que hemos atravesado zonas de una gran belleza con montañas descomunales. El paso fronterizo a Peró lo hicimos en bus y de madrugada siendo más tranquilo de lo esperado, de hecho creo que los polis estaban tan dormidos como nosotros y sólo nos sellaron el pasaporte y palante, nada de preguntas, perfecto!!
Nuestro primer destino en Perú fue Máncora, un pueblo playero atravesado por la Panamericana y conocido en todo el Perú por sus playas y sus olas para practicar el surf. Para nosotros lógicamente sólo las olas porque lo del surf de momento ná de ná.
Allí pasamos unos días muy agradables y calurosos algo que agradecimos en pleno Noviembre, además como veníamos de las montañas...mejor que mejor!!
Máncora en los meses de verano se llena de extranjeros y peruanos de la jet set para broncearse tomando el sol en su linda playa pero no os imaginéis una Marbella ni nada por el estilo, nada más lejos de la realidad... Alguna de sus calles ni si quiera están asfaltadas, sino que son de purita arena y no hay bloques de apartamentos en primera línea de playa, ni en segunda, ni en tercera,... je, je,...
Este lugar está enclavado en el desierto y, por momentos, parecía que nos encontrábamos en Almería salvo por un matiz importante, tambien hay petróleo y el paisaje árido es más agreste aún.
Allí nos alojamos en Laguna Camp, un sitio tranquilo a 50 m. de la playa con cabañas tipo indoneso, lleno de palmeritas, cáctus y hamacas para relajarse, descansar y no hacer nada más.
Gastronómicamente hablando, nos hinchamos de ceviche y tiradito, que es pescadíto crudo aliñado con limón o con ají picante, bien sabroso!!!
Para ilustrar nuestras palabras aquí os mostramos unas fotos.
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