sábado, 29 de mayo de 2010
"FiN deL MuNdO... pRiNCipiO de tOdO..."
Una vez habíamos tomado nuevas fuerzas, salimos de Río Grande, capital de la pesca de trucha con mosca, con una gran sonrisa en los labios y un sol brillante acompañándonos... Ya tan sólo 220 km. nos separaban de la ciudad más austral del mundo, Usuhaia.
Según nos íbamos acercando, el paisaje otoñal se iba tiñendo de blanco por los primeros copos de nieve de la temporada, ¡qué bienvenida! pensábamos para nuestros adentros. En el camino dejamos a un lado el pueblito de Tolhuin, según los lugareños el corazón de Tierra del Fuego.
Verdes, amarillos, granates, ocres,... árboles de mil colores bañados por la nieve, montañas y el Lago Fagnano a un lado daba, aún más, una impresión de frío invernal. Este lago está compartido con Chile y es de origen glaciar, así que ya os podéis hacer una idea del ambiente que nos rodeaba.
Con las emociones a flor de piel y las lagrimas resbalando a través de nuestras mejillas por la sensación tan palpable de estar cumpliendo uno de nuestros sueños viajeros, de pronto tuvimos que despertar de nuestras ensoñaciones, a 60 km. de Usuhaia, al toparnos con la realidad. La helada eran tal que el Puerto Garibaldi, único paso posible, era necesario atravesarlo con cadenas, ...y carecíamos de ellas. Después del "shock" inicial, de pisar el blanco suelo y acariciar la fresca nieve, decidimos retroceder hasta Tolhuin, acomodarnos allí y ver cómo trancurría el clima en los siguientes días.
A pesar de la primera sensación decepcionante, al recapacitar y darnos cuenta de dónde nos encontrábamos, no percibimos no llegar hasta Ushuaia como una derrota, sino como oportunidad de conocer algo distinto, quizá más autentico y menos explotado turísticamente. Después de todo, estar en Ushuaia es más por situarte en el globo terráqueo y sentirte tan tan al sur, tan lejos de nuestra tierra y tan cerca de la Antártida, sólo 1000 km. Además, la ciudad en sí no es linda, sí los alrededores.
En Tolhuin pasamos varios días, disfrutando de la paz que siguen teniendo algunos pueblos aún.
A orillas del lago Fagnano, Tolhuin tiene 2000 habitantes y al pasar de largo por él los turistas carece de mucha infraestructura, si bien es cierto, según dicen, ha crecido mucho en los últimos años. Tras la búsqueda de alojamiento decidimos quedarnos en una casita bien cómoda, la ocasión merecía la pena, quizá sería la única vez en nuestras vidas que pisaríamos tierra fueguina... quién sabe... ¡la vida te da sorpresas... sorpresas te da la vida! ayy ayyy...
El recibimiento fue bien frío, a las 6 de la tarde tejados, calles y carros estaban escarchados de tal forma que parecía que había caído una gran nevada, nunca vimos una helada así. Sin embargo, al día siguiente al contrario de lo que pensábamos el sol se dejó ver, eso sí, junto al lago casi morimos del frío, hasta me dolían los dientes, je, je,...
Por fin al cuarto día, decidimos no arriesgarnos con el carro, así que tomamos un bus y nos presentamos en Usuhaia, el auténtico culo del mundo, pasando antes por el maravilloso Lago Escondido y sus hermosos alrededores.
Allí habíamos pensado quedarnos tan sólo un día y una noche, así que sin perder tiempo nos organizamos para hacer lo que queríamos que era navegar por el Canal de Beagle y llegar hasta el Faro del Fin del Mundo.
Entre los años 1884 y 1947 Ushuaia fue el penal donde se acogía a los delicuentes y presos politicos más peligrosos según el Estado argentino. Además, todos los archipíelagos que forman Tierra del Fuego, así como la Antártida, fueron objeto de diversas exploracionaciones científicas desde la época de Charles Darwin. Actualmente, la ciudad es punto de partida hacia la Antártida por la "módica" cifra de 5000 $, quizá algún día...
Embarcamos en un pequeño yate y disfrutamos de un lindo paseo, en el que pudimos observar cómo se empequeñecía la ciudad rodeada de grandes picos nevados, el Glaciar de montaña Martial, el puerto,... De nuevo, avistamos lobos marinos, que se reunían en una pequeña isla, distintas aves marinas, cormoranes, albatros,... y caminamos por la Isla Bridges donde moraban en tiempos ya remotos los indígenas yaganes que heróicamente sobrevivían desnudos, untados con grasas animales, hasta que los colonizadores cambiaron sus costumbres, los hicieron vestir y con sus enfermedades esquilmaron drasticamente la población.
La excursión concluyó con la llegada al Faro Eclaireurs, el último faro durante mucho tiempo, verdadero emblema del FIN del MUNDO.
...y las guindas del pastel fueron... tripular el barco como auténticos piratas, pero sin parche, tomar chocolate caliente y cervecita artesanal a bordo y, ya en tierra, un rico asado de corderito patagónico ¡a vuestra salud! ¡¡ummmm!!
Dos días más tarde nos despedimos de la gran isla de Tierra del Fuego, rumbo a El Calafate, dónde nos esperaba el inmenso Glaciar Perito Moreno, pero eso ya lo veréis...
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