...y después del descanso enfilamos rumbo de nuevo... esta vez por la mítica Ruta 40. El plan de viaje sólo de pensarlo era agotador pero el objetivo merecía la pena. Nos marcamos dos jornadas de aproximadamente 1.000 kms cada una de ellas.
En la primera, nuestra meta era llegar a Puerto San Julián para lo cual teníamos que salir de Esquel bien temprano pero sin pasarnos porque podía haber hielo en la carretera. Una vez en ruta, la idea era bajar rumbo sur por la Ruta 40 hasta donde deja de estar asfaltada para posteriormente cambiar de dirección y dirigirnos hacia el Este, la costa Atlántica de Argentina. Esto es imprescindible en estas fechas ya casi invernales al ser el único camino asfaltado que existe para bajar hacia Tierra del Fuego. La Ruta 40 aún continúa siendo de ripio como le dicen por aquí (camino para nosotros) y era demasiada aventura, con un coche pequeñito y con posibilidades de nieve, adentrarnos por allá. Lo bueno de tomar la otra dirección es que los kilómetros se hacen fácilmente al estar el recorrido lleno de rectas interminables que atraviesan llanuras inmensas, la famosa pampa argentina, y con un tráfico casi nulo. Además el hecho de conducir los dos nos vino genial para ir turnándonos sin demasiados descansos.
Algo que nos gustó mucho fue la posibilidad de poder observar a través de las ventanillas del carro la fauna patagónica: guanacos, ñandúes, zorros, armadillos, mofetas y diversas aves. Los guanacos son camélidos y viven en manadas que muchas veces se encontraban al borde de la carretera por lo que teníamos que ir con especial cuidado para evitar posibles sustos.
El primer día cumplimos nuestro objetivo de arribar a Puerto San Julián, allí llegamos agotados y es que en los últimos 150 kms nos acompañó una lluvia incesante.
Al siguiente día y tras brindarnos Puerto san Julian un amanecer espectacular, pensábamos llegar a Ushuaia, ya en la gran isla de Tierra del Fuego; la jornada empezó muy bien y los kilómetros pasaban rápidamente en esas rectas sin fín. Decidimos hacer una paradiña en Rio Gallegos para preguntar por nuestra queridísima amiga Els, a la cual habían operado ese mismo día y desde aquí le mandamos muchos, que digo muchos, muchísimos besos y nuestro más profundo deseo de que se recupere lo antes posible.
Al siguiente día y tras brindarnos Puerto san Julian un amanecer espectacular, pensábamos llegar a Ushuaia, ya en la gran isla de Tierra del Fuego; la jornada empezó muy bien y los kilómetros pasaban rápidamente en esas rectas sin fín. Decidimos hacer una paradiña en Rio Gallegos para preguntar por nuestra queridísima amiga Els, a la cual habían operado ese mismo día y desde aquí le mandamos muchos, que digo muchos, muchísimos besos y nuestro más profundo deseo de que se recupere lo antes posible.
Nuestras expectativas una vez reanudada la marcha para llegar a Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, pronto se vieron "truncadas" debido al incesante paso de fronteras entre Chile y Argentina. Aún en el continente, (os recordamos que Tierra Del Fuego es una isla más grande acompañada de otras más pequeñas), dejábamos Argentina para pasar a Chile que controla el Estrecho de Magallanes y es en sus ferrys en los que se hace el paso a la isla. Llegábamos en nuestro carrito el cual embarcamos en el barco... Y ¡¡por fín pisábamos Tierra del Fuego!!!, fue toda una alegría, las emociones se multiplicaron por mil, era cumplir uno de nuestros sueños de muchos años atrás ¡¡Estábamos alli!!! ¡¡yuuuhuuuuu!!
Una vez en la isla, se hacen 120 kms de ripio por tierras chilenas y de nuevo frontera chileno-argentina. La verdad todo un rollo tanto papeleo de pasaportes y documentos por el carro alquilado.
Al final decidimos quedarnos a dormir en la ciudad de Rio Grande, Argentina, y al día siguiente emprender rumbo a Ushuaia.
Ya estábamos a las puertas...del fin del mundo.
Aprovechamos para mandar un abrazo y muchos besos para mis vecinos Pepe ,MªFlor y sus hijas, sabemos que han sido abuelos de nuevo, ¡Felicidades!. Agradecerles de todo corazón el apoyo que siempre le dan a mi madre y que en estos momentos, le permiten seguir todas nuestras andanzas. Muchas gracias por todo!!
Una vez en la isla, se hacen 120 kms de ripio por tierras chilenas y de nuevo frontera chileno-argentina. La verdad todo un rollo tanto papeleo de pasaportes y documentos por el carro alquilado.
Al final decidimos quedarnos a dormir en la ciudad de Rio Grande, Argentina, y al día siguiente emprender rumbo a Ushuaia.
Ya estábamos a las puertas...del fin del mundo.
Aprovechamos para mandar un abrazo y muchos besos para mis vecinos Pepe ,MªFlor y sus hijas, sabemos que han sido abuelos de nuevo, ¡Felicidades!. Agradecerles de todo corazón el apoyo que siempre le dan a mi madre y que en estos momentos, le permiten seguir todas nuestras andanzas. Muchas gracias por todo!!
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