Después de los días bien pasaditos por agua de Sucre, de reponernos por nuestra pérdida musical y de superar algún que otro inconveniente... marchamos alegres y contentos hacia Potosí, ciudad colonial del sur de Bolivia históricamente saqueada debido a su hiperconocido Cerro Rico o Sumaq Orcko, en quéchua, que contenía la mina de plata más grande del mundo.
Cuenta la leyenda que una noche de 1545, un pastor quéchua encendió una fogata para abrigarse del frío. Cuando se despertó por la mañana se encontró con que entre las brasas humeantes de la fogata brillaban hilillos de plata, fundidos y derretidos por el calor del fuego. Así comienza la trágica historia del Cerro Rico y de la ciudad de Potosí.
Cuenta la leyenda que una noche de 1545, un pastor quéchua encendió una fogata para abrigarse del frío. Cuando se despertó por la mañana se encontró con que entre las brasas humeantes de la fogata brillaban hilillos de plata, fundidos y derretidos por el calor del fuego. Así comienza la trágica historia del Cerro Rico y de la ciudad de Potosí.
Según otra versión, los Incas ya conocían la existencia de plata en el cerro pero cuando el emperador intentó comenzar la explotación hubo una tremenda explosión y una voz que dijo que estaba reservada "para los que vinieran después". Los historiadores ven en esta variante una deliberada influencia de los españoles en la leyenda para legitimar sus labores en el cerro.
El sistema esclavista fue devastador, se estima que hasta el momento 8 millones de personas, que se dice pronto, han muerto trabajando en este cerro; la mita era un sistema por el cual los mineros trabajaban, vivían, dormían, comían y hacían todas sus necesidades durante 6 meses en la mina sin salir de allí para nada. Imposible de imaginar!!! Cuando, por fin, salían tenían que hacerlo con los ojos vendados para poco a poco ir acostumbrándose a la claridad del sol. Aún, hoy día, siguen trabajando niños en su interior. Si os interesa el tema buscad la película documental "El Minero del Diablo", para ponerte los pelos de punta!!
La inmensa riqueza del Cerro Rico y la intensa explotación a la que sometieron los españoles hicieron que la ciudad creciera de manera asombrosa. En 1625 superaba ya en población a Sevilla, Londres o París. Su riqueza fue tan grande que en su monumental obra "Don Quijote de la Mancha" Miguel de Cervantes acuñó el dicho español vale un potosi, que significa que algo vale una fortuna.
En los días que pasamos en la ciudad visitamos el Museo de la Casa de la Moneda, antigua fábrica de monedas que surgió durante la colonización y en la que puedes ver, además de monedas, claro, arte colonial y otras cositas, la espeluznante huella que dejó un esclavo en el suelo de madera debido al sudor corporal y a que trabajaba descalzo y mucho tiempo parado sin moverse del sitio. También pudimos observar la maquinaria que utilizaban para adelgazar los lingotes de plata y que era movilizada por asnos que duraban con vida unos 3 meses no más, corta y cruel vida la suya.
La inmensa riqueza del Cerro Rico y la intensa explotación a la que sometieron los españoles hicieron que la ciudad creciera de manera asombrosa. En 1625 superaba ya en población a Sevilla, Londres o París. Su riqueza fue tan grande que en su monumental obra "Don Quijote de la Mancha" Miguel de Cervantes acuñó el dicho español vale un potosi, que significa que algo vale una fortuna.
En los días que pasamos en la ciudad visitamos el Museo de la Casa de la Moneda, antigua fábrica de monedas que surgió durante la colonización y en la que puedes ver, además de monedas, claro, arte colonial y otras cositas, la espeluznante huella que dejó un esclavo en el suelo de madera debido al sudor corporal y a que trabajaba descalzo y mucho tiempo parado sin moverse del sitio. También pudimos observar la maquinaria que utilizaban para adelgazar los lingotes de plata y que era movilizada por asnos que duraban con vida unos 3 meses no más, corta y cruel vida la suya.
A pesar de que se nos quitaron bastante las ganas de subir a la mina, sobre todo después de ver el documental, decidimos intentarlo de la manera más "solidaria" posible pues lo más feo de todo esto es que es purito negocio y son las muchas agencias existentes en la ciudad las que se embolsan la plata por hacer los tours al Cerro Rico, plata, por supuesto, que no repercute para nada en la calidad de vida de los mineros. Así que buscamos altenativas y encontramos, a través de una artesana, a un chico que trabajó de niño en la mina y que ahorita sigue trabajando con minerales pero en una empresa más "light", en la que hace selección de los mismos sin tener que sumergirse en ese queso gruyer tan destructivo.
Él nos acompañó hasta arriba y allí nos presentó a otro chico joven que todavía curraba dentro y que fue nuestro guía.
Una vez dentro se te ponía la piel de gallina, los túneles son húmedos y, en ocasiones, estrechos y de poca altura, es difícil imaginarse la vida y el trabajo allá adentro, más aún cuando piensas en los niños que pierden su niñez y, a veces, hasta su vida bajo esas condiciones tan infrahumanas.
A metros de cada boca de todas las minas puedes encontrar al Tío que es la figura del diablo, el Dios dentro de la mina, el que les protege y al que hacen, una vez por semana, sus ofrendas, consistentes en cigarrillos, hojitas de coca, alcohol de 98º,... Los mineros beben un trago y el resto lo ofrecen, según ellos ha de ser puro y sin mezclarlo con refrescos pues si no es así, la veta de plata que encuentran será impura, ¡¡qué trago!!
A la salida, después de deslumbrarnos un poco con la luz solar, y eso que sólo estuvimos un rato, pudimos conocer a una de las protagonistas de la película documental que os comentábamos, la mamá de los niños mineros que aún se encarga, viviendo a las puertas del cerro de cuidar las herramientas y de que nadie entre a robar a la mina.
En fin... Potosí es una ciudad en la que si tienes cierta sensibilidad se sienten muy intensas las tragedias vividas pero a la vez tiene vida y sigue luchando por sobrevivir a la Historia.
Tan sólo deseamos... que no se pierdan más vidas en ese Cerro Maldito.
Uffff se me ponen los pelos de punta...y eso que solo lo leo, ya estar allí...uufff
ResponderEliminarVais a volver más gigantes de lo que os marchstéis y yo tendre la suerte de ensancharme tambien con vuestro crecimiento, empaparme de vuestra sabiduría...GRACIAS POR CMPARTIR, por hacernos viajar sin movernos del sofá, aunque...qué ganas dan de dejarlo todo y echarse a "volar"!
Se os quiere!